Represión franquista en Sant Hipòlit de Voltregà

Sant Hipòlit de Voltregà, Osona, 2024
La Memoria hecha Mural
«En esta guerra perdió a todo el mundo. No creo que haya nadie que diga que ganaron la guerra, que lo pueda decir sintiéndolo. Fue malo, algo muy malo. Ojalá no lo tengáis que ver nunca eso, vosotros. ¡Ojalá!» Este es el recuerdo, deseo y reflexión que Joan Serra Armengol, hermano de Hipólito Serra Planàs, fallecido en un campo de concentración franquista, explica en el audiovisual “Los represaliados por el franquismo en el Voltreganès”. Este documental formaba parte de una serie de actos que buscaban hacer memoria y que, con la coordinación del Museo del Ter y la producción de los ayuntamientos de Sant Hipòlit y Les Masies de Voltregà, se realizaron entre octubre del año 2014 y la primavera del año siguiente. El documental, presentado el 6 de marzo de 2015, contaba con el recuerdo de 15 testigos, todos ellos familiares de represaliados por el franquismo y el hilo conductor del historiador y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona, ​​Francesc Vilanova. Al final, una lista con 77 nombres y apellidos, servía para poner nombres a los voltreganeses y voltreganesas represaliadas y al mismo tiempo se alertaba de la dificultad de creación de esta, así como de las posibles carencias que podían existir. La necesidad de reconocer a las víctimas compensaba las posibles ausencias y también, con voluntad de escuchar y aprender, se dejó abierta la posibilidad de conocer e incorporar nuevos casos. Tras ese acto surgió la idea de rendir un homenaje a los represaliados por el franquismo en el Voltreganès. De dejar constancia de ese horror y las personas que lo sufrieron. En 2023 se reanudó la iniciativa y finalmente, en agosto de 2024, se presentó, en forma de mural y de la mano del artista Roc Blackblock.

El motivo principal era rendir un homenaje a los represaliados por el franquismo en el Voltreganès, y se tomó la investigación realizada por Pere Casas Trabal con motivo del citado documental como base de trabajo y punto de partida. Por otra parte, el artista también se asesoró para captar la idea de la represión y cómo se ejerció, en qué ámbitos, contra quién, durante cuánto tiempo y muchos aspectos que quizás no refleja el mural, pero que han formado parte de su elaboración.
El primer paso fue elegir una pared, una pared donde el artista pudiera realizar su obra. Tras barajar diferentes opciones, el artista escogió un muro que da al aparcamiento situado entre las calles Bisbe Morgades y Batlle Serrallonga. Se trata de un espacio recientemente reformado y muy concurrido. La pared, en opinión del artista, tiene unas dimensiones y características óptimas.
También hubo diferentes propuestas de murales, que giraban principalmente en torno a dos ideas fuerza: la Represión y las Represalias de Voltreganès. Con la reflexión y el debate sobre las propuestas presentadas por el artista, se llegó al consenso de este mural, donde en una franja inferior aparecen los nombres de los represaliados, y encima, se eleva el resto del mural, ambientado a través de la reproducción de fotografías de los años 30 en Voltreganès.
La lista de “Represalias del franquismo en Voltreganès” sirve para dar los nombres y apellidos de las víctimas. Está elaborado a partir de fuentes documentales y las personas que en él se relacionan residían en Sant Hipòlit o Les Masies de Voltregà en el momento de ser juzgadas. Por eso, seguramente hay personas que nacieron en nuestros municipios, que tuvieron que irse y que, por lo tanto, en el momento de sufrir las represalias ya no vivían allí, y otras que siguieron el camino contrario. En otras palabras, se establecieron allí una vez que sufrieron las consecuencias de la represión y, por lo tanto, ninguno de los dos aparece allí. También sabemos de personas que no fueron juzgadas, que no sufrieron condena y, por tanto, que tampoco están incluidas en los archivos. Personas de Voltreganes que tuvieron que exiliarse, algunas regresaron años después y otras no volvieron a hacerlo nunca más.
Familias, mujeres, hijos e hijas que durante muchos años fueron tildados de «rojos» y sufrieron las consecuencias de una represión que, como hemos visto, fue larga, cruenta y propia del régimen y que persiguió y castigó a todo aquel que pensara diferente. Sin embargo, la lista, ciertamente incompleta por estos motivos, pretende dar nombres y apellidos a las víctimas que conocemos hasta ahora y sobre todo dejar constancia de una guerra en la que todos perdieron.

Material complementario

A raíz del encargo de hacer un artículo que acompañara el mural y la voluntad de profundizar en el tema, explicar sin limitaciones las informaciones de contexto relativas a la temática, al listado de represalias y las fotografías reproducidas, se ha generado un equipo de trabajo de vecinos/as de Sant Hipòlit (conformado por Emilia Anglada) que han redactado los siguientes artículos:

  • El mural de los Represaliados por el franquismo en el Voltreganès.
  • Los Represaliados por el franquismo en el Voltreganès.
  • La Memoria hecha Mural.
  • Las extraordinarias fotografías de Josep Costa i Ravert.
EL PROCESO DE TRABAJO

El encargo que recibimos del Ayuntamiento de Sant Hipòlit de Voltregà se nos presentó como la continuación de un trabajo previo realizado en la localidad sobre la represión franquista y los deportados voltreganeses en los campos de concentración. La propuesta consistía en la elaboración de un mural que reflejara la represión franquista en Sant Hipòlit de Voltregà, y tomaba el relevo a las anteriores iniciativas en la reivindicación de la memoria democrática.

Desde Murs de Bitàcola aplaudimos y celebramos la propuesta, ya que consideramos que la temática de la represión franquista es un aspecto que no se ha abordado lo suficiente y es esta la razón por la que todavía es crucial visibilizarlo en el espacio público y darlo a conocer entre las generaciones más jóvenes. Además, es vital entender que el alcance de esta represión va mucho más allá de lo que la gente suele recordar, dado, por un lado, que esta comprende un período mucho más extenso que los años de la guerra civil y perduró durante los cuarenta años de dictadura; y, por otra parte, que la magnitud de esta represión afectó a todos los ámbitos de la vida -incluyendo los ámbitos laborales, domésticos y sociales-. Por tanto, consideramos una gran noticia la oportunidad de aportar y trasladar esta temática al espacio público.

La misión que nos proponemos con el proyecto Murs de Bitàcola no es ornamentar el espacio público, sino divulgar la memoria de manera artística, pero al mismo tiempo considerando que el espacio público debe ser amable. Por este motivo, y partiendo de un contenido a comunicar tan duro como la represión franquista, dimos muchas vueltas individual y colectivamente a cómo encarar el diseño. Consideramos que no era pertinente hacer una imagen de grandes dimensiones excesivamente cruda y contundente: no imaginábamos, por ejemplo, una reproducción de una ejecución o de una tortura en una pared de veinte metros de ancho. Por tanto, finalmente optamos por trabajar con una imagen general y dominante en el mural del pueblo durante el período del que estábamos hablando. La idea inicial fue acompañarlo de imágenes sobre la represión franquista en un plano secundario. En cuanto a esta elaboración de contenidos, tuvimos la suerte de contar con el asesoramiento de Dolors Marín, doctora en historia contemporánea, que nos hizo una formación -aunque muy dura de escuchar- sobre cómo se desarrolló la represión franquista en todos los ámbitos de la vida. Con todos los contenidos decidimos finalmente elaborar un mapa conceptual que pudiera recoger a toda esta multitud de ámbitos que comprendía la represión franquista hacia la población civil e incorporarlo como un elemento gráfico en sí mismo, acompañado de imágenes que ilustraran estos diversos ámbitos represivos.

Llevamos a cabo diversas propuestas y diseños para ver cómo encajar todo este contenido, pero finalmente valoramos con todo el equipo de trabajo no incluir este mapa conceptual y las imágenes que le acompañaban para tratar de llevar el diseño hacia una representación más cercana a las vivencias reales del vecindario de Sant Hipòlit. Representar una prisión franquista, imágenes del trabajo esclavo o cualquiera de los otros elementos de la represión franquista genérica, convertía el muro en un ejercicio casi académico pero totalmente disociado del objetivo del proyecto y del pueblo y su vecindario. Si bien para nosotros la línea inicial de trabajo del mapa conceptual nos parecía una magnífica oportunidad para trabajar mucha información necesaria, también tomamos conciencia de que nuestra perspectiva era demasiado singular, foránea y en ningún caso podíamos ni queríamos hacerla valer por encima del criterio del pueblo; al contrario, de haberlo hecho habríamos traicionado uno de nuestros objetivos prioritarios: poner nuestras herramientas al servicio de la comunidad para narrar su relato, su memoria. Este proyecto nos ha ayudado a recordar que no podemos ni queremos perder de vista que nosotros solo estamos en contacto con el pueblo el tiempo que dura la intervención y el proceso previo, y, por tanto, debe ser la misma gente de la localidad quien decide el contenido del mural y aportar el lenguaje visual y artístico.

El proceso de concreción del diseño ha sido intenso, durante meses el equipo de trabajo hemos podido contrastar opiniones, compartir diseños, recoger observaciones y puntos de vista y nos ha dejado un gran aprendizaje sobre la gestión comunitaria del proceso y una pequeña lista de temas para el debate y la reflexión (el arte en el espacio público, el rol de la comunidad, la obra y el artista y cómo se equilibran). De la misma manera que compartimos en este espacio virtual fotografías documentales descartadas para pintarlas en el espacio público y lo hacemos porque creemos que ayudan a entender y profundizar en el episodio, en este proyecto adjuntamos a continuación el mapa conceptual de la represión franquista y los diseños que lo incorporaban, convencidos de que la información puede ser de interés.

Todo este rico camino de concreción del diseño llegó al consenso con la composición que puede verse pintada: La imagen del pueblo y dos reproducciones de fotografías de la época, la Unión de Rabassaires y los jóvenes antifascistas listos para ir al frente. En este proceso deliberativo sobre cómo materializar el homenaje y recuerdo a las víctimas de la represión franquista, decidimos completar la obra con los nombres de las víctimas de la represión franquista; con esa lista que, tristemente, siempre será incompleta porque nunca sabremos el número exacto de represaliados del franquismo.

Desde Murs de Bitàcola creemos que es necesario visibilizar estas temáticas en el espacio público, saber encontrar el equilibrio para hacerlo sin convertir las calles de nuestras villas en una galería de los horrores, es un gran reto que no siempre es fácil, que nos pide no solo definir una posición, sino mantenerla en constante revisión y adaptación a la realidad de cada pueblo, barrio y comunidad. La valoración final de todo este proceso es francamente positiva, no solo por los aprendizajes y reflexiones que ha propiciado y que nos llevamos con nosotros, sino especialmente porque sentimos que la intervención es una aportación bien recibida por los voltreganeses, no solo en el ámbito de embellecer el entorno, sino de cargarlo de contenidos y valores. Nos ha alegrado ver que nuestro paso por Sant Hipòlit de Voltregà ha cumplido con el propósito máximo de nuestro proyecto: ser un actor más que contribuye a recuperar y mantener viva la memoria antifascista de nuestro territorio.

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