CONTEXTO HISTÓRICO
Casi analfabeto y anarquista, el navarro Lucio Urtubiafue el criminal más buscado durante los años ochenta; capaz de hacer tambalear el First National City Bank. Urtubia nació en la localidad de Cascante (Navarra), el 18 de febrero de 1931 en el seno de una familia muy pobre de cinco hermanos. Su padre, carlista por tradición familiar, se hizo socialista (ostentaba un cargo en el sindicato UGT y fue teniente de alcalde por el PSOE), y tras una temporada en prisión, se hizo comunista. Fue de la boca de su padre de quien escucho por primera vez las palabras que marcarían su vida: «Si yo naciese de nuevo, sería anarquista».
Cuando fue reclutado por el servicio militar empezó a realizar contrabando de mercancías en la frontera franco-española con otros compañeros de servicio. Al ser descubierto el año 1954, desertó y huyó a Francia, ya que el delito que había cometido podía conllevar la pena de muerte. «Allí aprendí que tú puedes ganar 99 veces, pero que si pierdes una sola vez, ya te puedes dar por jodido. Es decir, que el revolucionario no puede fallar nunca y que no te puedes dejar atrapar», afirmaba.
En París trabajó como paleta, oficio que ejercería durante gran parte de su vida. Empezó a relacionarse con las Juventudes Libertarias de la Fédération Anarchiste, en un principio para aprender francés, pero rápidamente por una plena convicción y por las relaciones que allí pudo establecer y forjar con intelectuales como André Breton y Albert Camus. «Al poco tiempo de vivir en París, el anarquista Germinal García me pidió que escondiese a tres revolucionarios españoles. Uno de ellos resultó ser el mítico Quico Sabaté. ¡Cuando me enteré de quien era…! Porque por aquel entonces El Quico ya era conocidísimo entre nosotros. En la España franquista era el enemigo público número uno, pero para mí era un dios», recordaba Urtubia en una entrevista.
Urtubia fue testimonio de numerosos acontecimientos históricos sucedidos durante la segunda mitad del siglo XX, cuando vivió también el Mayo del 68. También apoyó, con su participación, el régimen de Fidel Castro y participó en toda clase de actividades antifranquistas. Su casa de París era un refugio no solo para libertarios, sino para todo tipo de militantes: miembros de ETA, montoneros, tupamaros, activistas de las Brigadas Rojas italianas o de Acción Directa. Pero, sin lugar a dudas, su «gran golpe» lo dio durante la segunda mitad de la década de los setenta, cuando consiguió estafar («expropiar» y «recuperar», según sus palabras) al First National Bank norteamericano (actual Citibank) 20 millones de euros de la época en inundar el mercado con miles de cheques de viaje falsificados; con tal de invertir el dinero en causas en las que él creía.
EL PROCESO DE TRABAJO
El barrio de Errekaleor es un espacio okupado des de 2013, el espacio okupado más grande de la península. Actualmente, viven allí más de un centenar de personas. Un espacio liberado, anticapitalista, feminista y asambleario. Un espacio de referencia en el Estado, que fue proyectado en el ámbito internacional cuando, a consecuencia del proceso judicial iniciado contra el colectivo, el barrio tuvo cortes en el suministro eléctrico. El año 2017, la compañía Iberdrola, custodiada por la Ertzaintza, cortó definitivamente la luz. Tras una fuerte defensa del espacio y una campaña de micromecenazgo, el colectivo instalo placas solares que convirtieron el barrio en una zona energéticamente autónoma.
El barrio destaca también por tener intervenciones murales en las medianeras de los edificios, con obras de Blu, Escif, y otros artistas.
Tras algún contacto infructuoso de Roc Blackblock hacia Errekaleor, fue un miembro del colectivo quien contacto con el artista, el agosto de 2020, para invitarlo a pintar. Este contacto fue un mes después de la muerte de Lucio Urtubia. Motivo por el que consideramos que un proyecto alternativo, transformador y anticapitalista era un lugar idóneo para realizar un mural de homenaje que diese a conocer su vida y su historia. Finalmente, la ejecución del mural se llevó a cabo durante los primeros días de agosto.
No nos pasó por alto que Errekaleor es un pequeño gran museo al aire libre, con muchas intervenciones murales de gran formato, con contenidos coherentes con el proyecto; y con grandes artistas también comprometidos con la filosofía del espacio y de gran cualidad. Acompañar las obras de artistas como Blu o Escif es un gran privilegio para nosotros.
La inclusión de la «A» anarquista generó un interesante debate a pie de calle, el proyecto de Errekaleor es diverso y en él participa gente de tendencias políticas muy diversas, y por supuesto no todo el mundo se siente identificado con el anarquismo. El motivo para pintarla fue la claridad con que Lucio se identificó siempre como anarquista, de forma inequívoca. Conscientes de que no era un tema consensuado y con el deseo de generar consensos y espacios de confluencia, sugerimos que, si acababa resultando un problema, podíamos reemplazar la «A» por otros elementos El consenso en los argumentos por los que decidimos incluirla y el respeto y admiración por Lucio Urtubia, más allá de la tendencia o filiación política de cada uno, permitieron dejar el mural tal como lo concebimos. La resolución dialogada y consensuada por todas de lo que podría haber sido un motivo de tensión es una más de que otras maneras de organizarse y tomar decisiones es posible, y esto también forma parte del ideario al que Lucio Urtubia consagró su vida.