En agosto de 1939 partía hacia Chile el Winnipeg, un barco que originariamente se había diseñado para transportar mercancías y una tripulación de menos de cien personas.
Todo el proyecto tuvo como máximo impulsor el poeta Pablo Neruda, que había sido cónsul de Chile en Barcelona y Madrid y sentía un fuerte vínculo con la España republicana. En Chile, la oposición conservadora rechazaba la acogida de los exiliados hasta el punto de que en alguna ocasión el «Frente Popular» se retractara de la iniciativa solidaria, finalmente, con las gestiones de Neruda, el gobierno chileno siguió adelante con la acogida. En Europa, el SERE (Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles) se hizo cargo de adaptar el barco para que pudiera transportar hasta 2000 mil personas a bordo. El 4 de agosto de 1939 zarpaba del puerto de Pauillac, treinta días de travesía hasta llegar el dos de septiembre en el puerto de Valparaíso. El Winnipeg fue uno de los contingentes más grandes de exiliados de todo el conflicto, el impacto de su llegada fue importante tanto en el ámbito social, cultural como político, así como la capacidad de acogida, generosidad y hospitalidad de la sociedad chilena.
Conmemorando los ochenta años de este épico viaje, la Generalidad de Cataluña encomendó esta exposición, cuyos murales fueron el principal vehículo narrativo del relato. A través de varios paneles murales pintados (acompañados de textos explicativos, listados de los viajeros, ilustraciones de la época y otros materiales de refuerzo), se narró el periplo iniciado en una república española vencida. El paso de los Pirineos, los campos de refugiados, el papel de Neruda, el viaje o el papel que tuvieron algunos de los viajeros en el nuevo país de acogida son algunos de los episodios gráficos que tuvo esta intervención mural-expositiva.
El proyecto «Els viatgers del Winnipeg» (Los viajeros del Winnipeg) repitió el viaje de hace ochenta años, ya que tuvo una segunda fase en Santiago de Chile donde se ejecutó el mismo material gráfico adaptándolo al nuevo emplazamiento, el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Santiago de Chile.