CONTEXTO HISTÓRICO
Una colaboración de: Josep Ma. Ràfols Cabrisses, periodista, historiador y escritor.
El deficiente servicio de agua a las casas de Vilanova empezó a mediados de los años cincuenta, y llego a su punto más critico una década después, cuando solo salía un hilo de agua, durante un tiempo muy reducido del día, y era frecuente que esta fuese salada. Las familias tenían que proveerse haciendo largas colas en las fuentes públicas y carreteando el agua con cubos hasta sus casas, que a menudo se encontraban en segundos o terceros pisos. Ante esto, un grupo de mujeres convocó, mediante un lanzamiento de octavillas, a las amas de casa a una protesta pública, llevando un cubo en la mano, para pedir que se restableciese el suministro de agua. Cabe destacar que durante el franquismo no se autorizaba ninguna manifestación que no fuese de exaltación al régimen; y las demás eran severamente castigadas, con penas de prisión y sanciones económicas.
La manifestación, convocada ante el ayuntamiento el mediodía del día 24 de septiembre de 1965, reunió tan solo siete mujeres, que se concentraron en lo alto de la rambla Principal. Allí se plantearon si, dada la poca asistencia, suspendían la convocatoria o seguían adelante, y decidieron finalmente mantener la protesta. Las manifestantes fueron, en orden alfabético:
- Francesca Cabrisses Vilàs
- Montserrat Esteve Batlle
- Lluïsa Grifoll Alado
- Enriqueta Guinda Brull
- Cèlia Lorenzo Bravo
- Dolores Ruiz Vinuesa
- Àngela Zarzoso Salvat
Cabe destacar que M. Lluïsa Grifoll estaba embarazada de ocho meses y tuvo el bebé cinco días después de ir a la manifestación.
Tras bajar en silencio por la rambla, donde eran vigiladas por policía secreta colocada en las esquinas, fingiendo leer el diario, el grupo de mujeres llegó a la plaza de la Vila, donde había unas doscientas personas concentradas. Ellas pasaron por medio de esa gente, que iba abriendo un pasillo a su paso. No hubo ninguna pancarta ni ningún grito.
Cuando estaban entrando en el ayuntamiento, se les acercó una mujer que no conocían y les preguntó que estaban haciendo. Tras la explicación, la desconocida dijo: “Pues si protestáis por la falta de agua, yo también vengo con vosotras. No llevo cubo, pero esto también servirá”, concluyó, alzando el cesto de plástico para hacer la compra que llevaba.
Una vez en el vestíbulo, se encontraron con un grupo de hombres, posiblemente policías secretos, que les barraban el paso y trataban de arrinconarlas hacia una puerta que conducía a un pequeño calabozo. No obstante, ellas se plantaron, diciendo a los policías: “Ni se os ocurra tocarnos”. Pidieron hablar con el alcalde, pero cuando se les comunicó que este no estaba, solicitaron dialogar con un representante suyo, pero se les dio la misma respuesta. Ante la falta de respuesta oficial, se mantuvieron allí un rato hasta que dieron la protesta por terminada.
Cuando llegaron a su casa, tres de las protagonistas de la manifestación se encontraron con una pareja de guardia civil que las esperaban en la puerta para pedirles que los acompañasen a la caserna de la Benemérita. Francesa Cabrisses respondió que no podía ir, puesto que debía preparar la comida para sus seis hijos. Los uniformados dudaron entre obligarla o confiar en su palabra. Para que no temieran que huyera, ella les dijo: “No puedo huir teniendo seis hijos”. Los guardias finalmente aceptaron. Ella hizo la comida y después cogió la bicicleta y se presentó en el cuartel.
Allí fue interrogada durante cinco o seis horas , y se la amenazó con raparle la cabeza, que finalmente no sucedió. El objetivo principal de los interrogadores era descubrir si tras la manifestación había partido político, hecho que ella negó, dado que no era cierto. Llegó a casa a la hora de cenar. No hay testimonios de los interrogatorios de las otras dos detenidas, pero es lógico pensar que debieron ser similares.
Unos días más tarde, las tres detenidas e interrogadas recibieron una notificación del gobernador civil, Antonio Ibáñez Freire, donde se les comunicaba que se les había impuesto una multa de 5000 pesetas a cada una.
El dinero para pagar las sanciones se reunieron a través de aportaciones particulares, hechas llegar a través del quiosco que regentaba una de ellas, Àngela Zarzoso, a lo alto de la rambla principal o en sus casas. Una de las aportaciones llego anónimamente, dentro de un sobre donde, a demás del dinero, contenía una nota que decía “Gracias por haber hecho tan pocas lo que debíamos hacer tantas”.
Josep Maria Ràfols Cabrisses (Vilanova i la Geltrú, 1951), conocido como «Mima Ràfols» es un periodista, historiador y escritor catalán.
Estudió periodismo en la Escuela Oficial de Periodismo y empezó a trabajar en el Diario de Barcelona. Posteriormente, fue uno de los miembros fundacionales de El Periódico de Cataluña, de la edición catalana de El País y de TV3, donde fue el primer director del telenoticiero y jefe de los Servicios Informativos. En 1989 dejó TV3 para reincorporarse en el Periódico, donde asumió diversas tareas de responsabilidad hasta el verano de 2006.
Actualmente, se dedica a la investigación periodística, fruto de la cual es coautor del libro Tarradellas, El guardián de la memoria (Editorial Pòrtic, 2017), y de dos colecciones de libros sobre la Primera y la Segunda Guerra Mundial En 2017 publicó su primera novela, El Xiscle de la Sirena (Pagès Editors), que fue galardonada con el premio Fiter i Rossell del Circulo de las Artes y de las Letras de Andorra 2016. Su último libro es La increíble historia del obispo Irurita, donde explica que el prelado de Barcelona durante la Guerra Civil no fue fusilado en la tapia del cementerio de Moncada, como refiere el relato hecho por el franquismo cuando terminó la guerra, y relata lo que realmente le sucedió.
EL PROCESO DE TRABAJO
Desde el primer momento que nos reunimos tanto con la concejalía de memoria del ayuntamiento de Vilanova y la Geltrú como con el taller de Mujeres con memoria; desde Murs de Bitacola detectamos, a la hora de captar y analizar la realidad social de donde vamos a trabajar, que en la ciudad hay un magnífico, largo y profundo trabajo en torno a la memoria. Nuestro trabajo ha consistido, por tanto, en actuar de acuerdo con nuestros objetivos y ejercer meramente de altavoz de esta realidad y estas acciones que se han realizado a lo largo del tiempo para preservar la memoria comunitaria, como los veinte años de trayectoria de Mujeres con memoria. Así, en el mural hemos intentado reflejar uno de los muchos episodios memorísticos de Vilanova, así como el vigésimo aniversario del taller. Este último hecho hemos elegido representarlo con las manos de una abuela pasando un vaso de agua a manos de un niño, en una metáfora visual del concepto de la transmisión de la memoria como un bien intangible y absolutamente necesario, y del valor del agua en Vilanova i la Geltrú, un bien básico para la vida que se ha tenido que luchar y defender.
Cedemos el espacio al taller de Mujeres con memoria para que sean ellas quienes narren cuál ha sido su trayectoria y actividad, y solo podemos añadir que ha sido un placer trabajar en un contexto así, con un relato tan interesante y bonito como lo es la manifestación de los cubos y poder visibilizar y reivindicar el papel de este grupo del que podemos aprender tantas cosas, tanto en el ámbito de cultivar y transmitir la memoria como por los relatos de todas y cada una de las participantes de este taller.
Taller de la Historia en nuestras manos. Dones amb Memòria.
Una experiencia local, de género y pedagógica con la colección La Memoria del Futuro
Una colaboración de: Judith Barbacil Mestres, historiadora y docente.
En el marco de la celebración de los veinte años de vida del taller Dones amb memòriade Vilanova i la Geltrú, las concejalías de Gente Mayor y Memoria Histórica han querido homenajear estas mujeres que, semana tras semana, recuperan las memorias colectivas y las transmiten a las generaciones futuras.
Por este motivo, el reconocido artista Roc Blackblock ha sido el encargado de hacer un mural para rememorar la manifestación de los cubos del año 1965. La elección de esta manifestación y de la fotografía que la ilustra no han sido casuales. El taller de Dones amb Memòria tiene la finalidad de recuperar y divulgar la historia local y la vida cotidiana en clave femenina. Es por esto que el taller ha querido recuperar una de las imágenes más icónicas por lo que respecta a la escasez de agua que sufrió la ciudad des de mediados de los años cincuenta hasta finales del siglo pasado, y que fue realizada por el fotógrafo local Jordi Mas. La voluntad de esta elección ha sido la de recordar y transmitir a la ciudadanía que el agua es un bien preciado y que generaciones de vilanovinos y vilanovinas (sobre todo niños y mujeres) fueron los protagonistas en las fuentes a la hora de llenar los cubos para llevar agua a los hogares. En paralelo, mediante esta fotografía (recordemos que no se conserva ninguna de la manifestación porque las que se hicieron fueron requisadas), queremos volver a recordar que un grupo de mujeres protestó por esta escasez el año 1965, en plena dictadura franquista. El taller, de nuevo aprovechando su veinteavo aniversario, quiere mostrar que la historia es patrimonio compartido y que las mujeres siempre hemos estado presentes en ella.
Ya lo decía Maria Aurèlia Capmany: “El hecho es que durante siglos y siglos la mujer ha trabajado en el campo, se ha derribado lavando y trajinando cuevas de ropa, ha llevado todo tipo de pesos, ha hilado, ha tejido, ha hecho cerámica, ha ido a vender a los mercados… ha dormido poco, ha comido poco, ha velado. Naturalmente sin contrato de trabajo. Nadie se había dado cuenta de que trabajaba.” (Maria Aurèlia Campmany. La mujer en Cataluña, 1966.)
El origen del taller La Història a les nostres mans. Dones amb Memòria es la versión que inició la Diputación de Barcelona a finales de los años noventa y que el Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú ha potenciado y dado continuidad durante veinte años, constatando que la historia oral ha realizado una contribución importante en la historiografía contemporánea de las mujeres de nuestro país.
Los dos primeros años del taller se definieron como los del aprendizaje de las técnicas de la recuperación de la historia oral, mediante su conocimiento, el ejercicio de sus prácticas y siempre en paralelo a una formación continuada en historia de las mujeres. Era necesario observar que y como había tratado la historia general el papel de las mujeres, a demás de cuáles eran los referentes y los estudios que nos habían llegado a las manos. Tras este breve periodo de trabajo conjunto, de asesoramiento y de maestría, guiado por los técnicos de la Diputación, este recurso finalizó y se plantearon dos opciones: ¿Continuar? ¿Acabar? La apuesta fue la de continuar y el taller comenzó un camino hacia otra experiencia del territorio y siguió, lo que hoy en día la ha hecho única en el país.
El Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú optó por dar continuidad a la iniciativa empezada, ya que había constatado un aumento exponencial de las participantes y un eco notable en la ciudad tras dos recopilaciones internas que habían hecho una primera aproximación a figuras femeninas significativas de la localidad. Por lo tanto, se estaba generando un nuevo discurso paralelo, complementario y necesario para la revisión de los estudios ya existentes en la población.
El taller fue demostrando año tras año su potencial, propiciando que mujeres de todos los ámbitos accediesen a explicar sus experiencias profesionales y personales. Esta práctica, que sigue vigente hoy en día, da la posibilidad de hablar entre mujeres sin huir de ningún tema y combinar todas las facetas del mundo cotidiano pero también femenino, familiar y profesional. Las mujeres han tenido que seguir un proceso de convencimiento y reconocimiento ante su propia importancia para empezar a hablar, hecho que nos ha ayudado a ordenar la experiencia presente, tanto de las adultas como de las más jóvenes.
Sin embargo, la evolución del taller dio a entender que existía una gran necesidad de salir de las paredes del lugar de encuentro semanal por la gran cantidad de conocimientos inéditos que se habían recogido durante cuatro años. Un período en el que nos habían acercado al mundo de la enseñanza, el campesinado, las fábricas textiles, los deportes, las modistas, las comadronas, las tenderas, la iglesia, el escultismo… y tantos otros temas.
La fórmula ideada fue el de la creación de una colección de libros que tuviera una doble vertiente: formatos breves, de fácil difusión y monotemáticos. Los otros requisitos también quedaban claros. Habían de dar voz a los que no la tenían. Tanto hombres como mujeres, y aunque la columna vertebral sería el taller de La Història a les nostres mans. Dones amb memòria, los testigos masculinos se añadirían para dar esa visión global que tanto estamos reclamando.
La segunda vertiente que hace de la colección un instrumento de trabajo que le ha llevado a convertirse en referencia local, ha sido llegar a las escuelas e institutos para explicar que la historia oficial, la del currículo, lo más probable es que sea incompleto porque carece de la visión de la historia de la ciudadanía y la del mundo cotidiano del que es protagonista. Desde su inicio, los centros educativos tuvieron la oportunidad, gratuitamente, de trabajar un libreto monográfico, encajado en los grandes eventos del siglo XX, que aportaba una visión de la vida cotidiana, femenina y local que enriquecía el discurso oficial y daba una otra visión y otro sentido en las clases. Cada volumen se acompañó de un material pedagógico que ayudó a organizar las visitas en el aula por parte de las integrantes del taller.
El nombre que tomó la colección también fue meditado y queridamente inequívoco, recibió el nombre de La Memoria del Futuro porque la conciencia es un término importante en las tareas de recuperación; y la conciencia de las generaciones futuras es prioritaria.
Tras veinte años de recorrido, el taller ha dado respuesta a una necesidad palpable de llenar el vacío y el olvido endémico del colectivo femenino en los libros de historia. Todos los volúmenes de la Memoria del Futuro han tenido una contextualización histórica idéntica y que es fruto de la misma existencia del taller como testigos directos. Sus integrantes son mujeres nacidas entre los años veinte y cincuenta del siglo pasado. Esta realidad ha hecho que el contexto histórico analizado y que vertebra la colección sea el de la Segunda República, la Guerra Civil y la Dictadura, sin pretender realizar un estudio exhaustivo de la temática que trata. El objetivo es ser una ventana que deje pasar sin pretensiones una aproximación general a los eventos más importantes, a la historiografía local existente y al rescate de testigos anónimos que nos ayuden a entender a los grandes titulares de cada período, y de toda esta labor colectiva son las responsables las más de doscientas mujeres que han participado y colaborado con el taller La Historia en nuestras manos. Dones amb memòria durante estos veinte años. Gracias a todas.
Judith Barbacil Mestres (Vilanova i la Geltrú, 1974). Historiadora y docente de secundaria. Ha sido la coordinadora del programa de recuperación de historia local Mujeres con memoria, desde sus inicios hasta la actualidad (1998-2022), y ha participado como autora o coautora en las once publicaciones y trabajos pedagógicos que integran la colección la Memoria del Futuro.
En cuanto a publicaciones locales, ha colaborado en numerosos trabajos, destacando el libreto de difusión ciudadana Calles en femenino, el Diccionario Biográfico de Vilanova y la Geltrú o el libro Pinceladas de las actividades físicas y deportivas en Vilanova y la Geltrú, todas ellas del Ayuntamiento de la ciudad. Es patrona de la Biblioteca Museo Víctor Balaguer desde el año 2008 y miembro de la Comisión Histórica y de la Comisión de Nomenclátor de la ciudad.
En el ámbito educativo fue la coordinadora del Proyecto Educativo de Ciudad (2006-2008). Ha llevado a cabo su labor docente en centros públicos, formando parte de equipos directivos y, recientemente, ha sido jefe del Área para la Coordinación y la Planificación Escolar de los Servicios Territoriales en Barcelona Comarcas (2018-2021).