La calle del Pi, Sant Pere de Ribes

Calle del Pi, Sant Pere de Ribes, 2023
CONTEXTO HISTÓRICO

Un artículo de Miquel Muç Vall i Soler

Es verdad que las cosas cuestan tiempo y esfuerzo. El mural que, a finales del año 2023, el artista Roc BlackRock pintó en la fachada lateral de la entidad cultural GER es una prueba palpable. El acto de inauguración, realizado el pasado 14 de diciembre, fue la culminación de un largo proceso participativo. Este se inició con la presentación de una propuesta a los presupuestos participativos del Ayuntamiento de Sant Pere de Ribes del año y continuó con su aprobación al ser uno de los proyectos más votados. Una vez asegurada la financiación del proyecto, se creó un grupo diverso de personas vinculadas a la entidad con la misión de recoger ideas y fotografías para poder plasmar en el mural. Después de analizar diferentes propuestas, se acordó elegir tres fotografías representativas de la historia del pueblo. Finalmente, una vez pintado el mural, se cerró el círculo, con un acto de inauguración abierto, al que fueron invitados todos los vecinos de la calle del Pi y socios de la entidad. Este es un primer punto a destacar de un proyecto con una amplia y activa participación.

Una vez hecha toda la génesis del proyecto, la materialización práctica estaba en manos del artista. Así, en diez días luminosos de diciembre, fue tejiendo sobre la pared, con una técnica cuidadosa conducida por pinceles y pintura que poco a poco se llenaba de personas, paisajes y objetos; bajo una perfecta combinación de formas e imágenes que nos iban transportando a otros tiempos, otras vivencias. Día a día, el espacio se llenaba de recuerdos y vida bajo la atenta mirada de los curiosos que, entre el elevador y la sombra del artista, iban captando la construcción pictórica del mural. Realmente, es interesante ver la diversidad de interpretaciones y comentarios que surgían, que demuestran la capacidad de imaginación de las personas y el interés que provoca el arte en la calle.

El Pi, Fondo Archivo Municipal de San Pedro de Ribes, autor desconocido.

Entrando en la composición del mural, podemos ver que la forman tres fotografías que se refieren a la memoria colectiva de Ribes. La primera es una fotografía de la calle del Pi de principios de siglo. Esta calle emblemática de nuestro pueblo modificó su nombre original como calle de Les Roques, a partir de la crecida de un pino en medio de la calle y también de su arreglo y la progresiva desaparición de las rocas. En la fotografía, recordemos que por aquel entonces era un arte escaso y que gozaba muy poca gente de cámaras de retratar, podemos ver a los vecinos de la calle, que seguro les llamaron para inmortalizar la imagen. La calle siempre ha sido una calle de acogida que ha ido viendo, a través del tiempo, como los diferentes fenómenos migratorios a partir de la segunda mitad del siglo XX, tenían una repercusión en nuestro pueblo. Familias de diferentes lugares del sur de España se incorporaban, junto con otras que llevaban generaciones viviendo en las mismas casas. La calle ha visto cómo la enorme transformación de los últimos cincuenta años le afectaba con cambios considerables. Los carros, encuentros, burros y caballos progresivamente dejaron paso a las motocicletas y coches, el polvo de la calle al olor del alquitrán, las tiendas en casas de nueva construcción y los carpinteros, panaderos y toneleros fueron cerrando su actividad. En el fondo, la vida rural marcaba su agotamiento a medida que la calle veía pasar los años. En la foto también podemos observar la presencia de niños. La calle también ha tenido la presencia de la escuela El Pi que ha comportado de generaciones pasaran, bajo el signo de los cambios sociales y político por la escuela El Pi.

Calle del Pi, fotografía de Joan Carles Mestre.

La segunda de las fotografías integradas en el mural es una foto realizada por Carlos Pérez de Rozas, en 1937, como un encargo de la Generalitat republicana para dar a conocer las colectivizaciones que se estaban materializando en nuestro país. Concretamente, es la colectivización de Mas Solers y plasma a personas cosechando uvas. Más allá de recuperar una imagen y un proceso histórico vivido de aquel efímero Ribes del Penedès, también quiere representar un reconocimiento a la vida del campesinado de nuestro pueblo. Detrás hay muchos siglos de un esforzado trabajo y cariño de la tierra, hecha bajo parámetros y condiciones extremas. La lucha por mejorar las condiciones de la vida y la propiedad de la tierra fue un tema primordial de la II República española, que movilizó e ilusionó a los rabassaires, a pesar de tener un final trágico y lleno de represión. La plasmación de la acción de cosechar uvas es la máxima expresión de la culminación de todo el trabajo bien realizado durante el ciclo del año agrícola.

Mundo agrario, fotografía de Carlos Pérez de Rozas.

El viñedo, fotografía de Carlos Pérez de Rozas.

La tercera fotografía representada es una representación de una mujer trabajando en un telar de la fábrica textil que estaba ubicada en la misma calle del Pi. Así era llamada La Fábrica, que ya demuestra la escasez de fábricas que existía en Ribes. Podemos afirmar que la revolución industrial llegó tarde o fue muy testimonial en nuestro pueblo. Pero también la imagen quiere representar la incorporación de la mujer como asalariada en el proceso productivo. En una sociedad agrícola, las mujeres tenían un buche, sin embargo, no solo en tareas del hogar, sino como activas trabajadoras en el campo o la granja, es a partir de la incorporación a las fábricas, que tienen el reconocimiento con un salario propio. En definitiva, tres imágenes, un mural que ayuda a recuperar nuestra memoria colectiva y la historia como pueblo.

Fábrica textil, fotografía de la colección Can Joanet d’en Zidro.

Fachada fábrica textil, colección Can Joanet d’en Zidro

Este vídeo es una selección de las muchas fotografías que las personas que pasaban a ver el mural compartieron con la Entidad. A través de la recopilación podemos observar la evolución de la pintura del mural hecha por Roc Blackblock.

Material complementario

El artículo recoge la larga vida de la escuela El Pi, ubicada inicialmente en la calle que lleva el mismo nombre.
Desde su inicio en el año 1931, pasando por varios períodos históricos y pedagógicos, hasta llegar el año 2001.
en el que la escuela se divide en tres centros.

El artículo profundiza en el conocimiento de Josep Ricart, una persona que dedicó toda su vida a la
lucha por la libertad y por mejorar las condiciones de vida del campesinado. Lo hace desde una perspectiva
general y al mismo tiempo remarca la influencia que tuvo por Ribes.

El artículo habla de la historia del textil con respecto a la mujer en Ribes, poniendo de manifiesto que ha sido una
historia silenciada e invisibilizada, tanto en Ribes como en el resto del país.

EL PROCESO DE TRABAJO

El primer contacto que hicimos con la entidad cultural y deportiva GER de San Pedro de Ribes fue el año 2021, cuando nos reunimos para valorar realizar una intervención en su sede; una posibilidad que surgió después de que se derribara el edificio contiguo al bloque y que, por tanto, apareciera una nueva calle. Este proceso -que se ha alargado durante dos años- ha sido muy largo, pero también muy bonito de hacer, especialmente por nuestro vínculo con este colectivo. De los cuarenta años de historia de la entidad hace casi treinta que tenemos contacto, y siempre nos ha parecido un referente por su promoción de la cultura y la participación ciudadana y su labor de cohesión social y fortalecimiento de la comunidad. Por eso pintar una de las paredes del edificio del GER ha sido un privilegio y una propuesta que aceptamos sin dudar.

Uno de los rasgos más interesantes de este proyecto ha sido todo el proceso que ha realizado el GER en el ámbito comunitario, que se ha explicado en los artículos que preceden al mismo. Murs de Bitàcola, como comunicadores de toda esta labor social, hemos tenido la tarea de realizar una intervención mural que reflejara todas las decisiones tomadas por la comunidad. Para ello, hemos generado diversas propuestas diferentes de diseños hasta encontrar aquel que era compartido y consensuado por toda la comunidad. Así —como resulta habitual en estos casos— finalmente no ha acabado imperando el diseño que podría resultar estéticamente más atractivo, sino el que tiene una mayor carga simbólica y comunicativa, aunque evidentemente también hay detrás de un trabajo artístico para hacerlo decorativo e integrarlo en el entorno. Hemos intentado realizar una intervención que se adaptara cromáticamente al entorno, armonizándose con el edificio, la calle y todo lo que le rodea.

También ha sido muy interesante sentir que, en cierto modo, hemos trabajado siguiendo los pasos de un colectivo como es el Observatorio de la Vida Cotidiana, que es uno de los proyectos de referencia con los que hemos colaborado anteriormente. El Observatorio y la entidad GER han trabajado conjuntamente en el proyecto Crónica gráfica de las colectivizaciones en Ribes, de donde ha salido una de las fotografías que hemos pintado en el mural. La intervención ha sido bastante más larga de lo previsto inicialmente, ya que calculamos que podríamos terminar la intervención en cuatro o cinco días, y finalmente ha requerido mucho más tiempo. También el hecho de trabajar en invierno, como es lógico, nos deja muchas menos horas de luz y, por tanto, reduce con creces nuestra jornada de trabajo. Ha sido un privilegio poder participar y aportar nuestro grano de arena tanto en la entidad GER como en el proceso que han llevado a cabo para aprovechar los presupuestos participativos del Ayuntamiento.

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